La metanfetamina, comunmente conocida como “cristal”, es un estimulante muy adictivo que afecta directamente al sistema nervioso central.
¿Cómo se consume la metanfetamina?
Conocer los diferentes métodos de consumo permiten identificar los signos de una posible adicción a tiempo. Esta droga se suele consumir de las siguientes maneras:
- Fumada
- En píldoras
- Aspiración
- Inyección
También se pueden observar algunos síntomas a corto plazo que delatan el consumo de cristal, algunos de ellos similares al consumo de cocaína y otras drogas:
- Disminución del apetito
- Respiración acelerada
- Ritmo cardíaco rápido o irregular
- Aumento de la vigilia y la actividad física
- Aumento de la presión arterial y la temperatura corporal.
El consumo de esta droga en distintas maneras va a ir causando efectos negativos e incluso irreversibles en la salud.
En el caso del consumo por inyección, las personas tienen un mayor riesgo de contraer otras enfermedades infecciosas como VIH y Hepatitis b y c, ya que estas se transmiten por el contacto con la sangre u otros líquidos corporales.
El consumo de cristal también puede generar conductas de riesgo como tener actividad sexual sin protección, lo que aumenta las probabilidades de contraer VIH e incluso empeorar la evolución de la misma.
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Consecuencias del consumo de cristal
Como toda droga, su consumo prolongado en el tiempo solo ocasiona daños graves en la salud.
El efecto que ocasiona en el cerebro consiste en aumentar la cantidad de dopamina, la sustancia que genera placer**.** Los efectos a largo plazo que pueden provocar son:
- Comportamientos violentos
- Problemas para conciliar el sueño
- Confusión
- Ansiedad
- Problemas mentales
- Comezón intensa que lleva a lesionar la piel al rascarse
- Paranoia, desconfianza extrema e injustificada de los demás
- Alucinaciones, sensaciones y visualización de imágenes que parecen ser reales pero no lo son
- Pérdida brusca de peso
- Menor coordinación y disminución del aprendizaje verbal
- Pérdida de memoria
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Riesgos de mezclar cristal con medicamentos u otras drogas
Mezclar medicamentos con cualquier droga puede ocasionar daños graves:
Mezclar el cristal con benzodiazepinas
El uso de ansiolíticos como el Lorazepam, clonazepam o similares, junto con el uso de psicoestimulantes como la metanfetamina o la cocaína, pueden generar riesgos cardio y cerebrovasculares para la persona, debido al cambio súbito (que también puede depender de la vía por donde se administre) que pueden generar.
Se recomienda que el uso de medicamentos siempre sea monitoreado por un profesional de la salud o experto del tema y nunca mezclarlos con otras drogas.
Mezclar cristal con antidepresivos
Todos los psicoestimulantes, especialmente MDMA, tienen el potencial de interactuar negativamente con los antidepresivos basados en fármacos serotoninérgicos (citalopram, escitalopram, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina, Sertralina, entre otros) pudiendo generar alteraciones mentales, hiperactividad autonómica y trastornos neuromusculares.
Las alteraciones mentales pueden estar acompañadas de otros síntomas como intranquilidad, agitación, confusión, desorientación, episodios de ansiedad o ataques de pánico.
En cuanto a la hiperactividad autonómica, destacan síntomas como fiebre, frecuencia cardíaca elevada, diarrea, vómitos, sudoración y dilatación pupilar.
En cuanto a los trastornos neuromusculares, pueden provocar síntomas como temblores, movimientos musculares involuntarios, rigidez, reflejos aumentados y ausencia de coordinación motora.
Tratamiento para la adicción al cristal
Los tratamientos más eficaces para tratar una adicción a las metanfetamina son:
Terapia cognitiva conductual, que ayude a reconocer, evitar y hacer frente a las situaciones en las que es probable consumir drogas.
Ante las adicciones a cualquier sustancia, es esencial que la persona cuente con el apoyo de sus familiares y de la asesoría profesional adecuada.
Nuestro centro de adicción Sevilla CAS cuenta con profesionales especializados en diferentes tipos de adicciones para adaptarse a la enfermedad de nuestros pacientes y asegurarle un tratamiento adecuado.
La recuperación es un proceso lento pero no imposible.